A finales del siglo XIX, la posibilidad de generar energía eléctrica de manera masiva, en particular, a partir de saltos de agua, representó una verdadera revolución tecnológica e industrial. Sus aplicaciones se extendieron rápidamente al transporte, la calefacción, la maquinaria, el trabajo doméstico,etc. Esta fuente de energía reemplazó inmediatamente al vapor, motor de la industria hasta entonces.
Beautiful as that wonderful work of nature is, it would be more beautiful still if this waters fell upon turbine
wheels, every one of which was turning the wheels of industry.
– Lord Kelvin, acerca de las Cataratas del Niágara
Históricamente el avance más rápido en el conocimiento y la práctica del Electromagnetismo se produjo a partir del último cuarto del siglo XVIII. Este avance no fue fruto de la casualidad, aunque ésta también actuara en pequeña medida en su favor, sino que requirió numerosos trabajos experimentales y esfuerzos intelectuales. De este modo fueron apareciendo diferentes ideas y conceptos, muchos de los cuales han llegado a nuestros días y se mantienen con pleno vigor. Algunos otros fueron desechados y reemplazados por mostrarse inconsistentes con la experimentación o la razón.
Del mismo modo en que evolucionó históricamente el conocimiento de los fenómenos de carácter electromagnético para establecer sus leyes generales, es posible programar un aprendizaje de las mismas de manera paralela. En otras palabras, un planteamiento histórico se muestra como una vía útil para el aprendizaje de las bases formales del Electromagnetismo.
